cuentos peruanos largos

¿Sabéis qué se ve desde el punto más alto de Toronto?.Pues Torontoentero. Sin preámbulos raros, el hombre lentamente se remueve la argolla del dedo, se arrodilla frente a ella, apoya la cabeza entre sus piernas y da curso a un largo e incontenible llanto. Una fuerza invisible me precipita dentro, el taxímetro no corre y la oscuridad resguarda al conductor, que sin prisa se sienta a mi lado. En el andén dos señoras nos miraban fijamente. Metro Universidad Católica, Línea 1). Cuando algún enano se queda sin plata, corre por las alcantarillas hasta el cajero más cercano, y le pide plata a su colega. Daniela Contreras González, 18 años,Recoleta . A doña Violeta le gustaba caminar. Me llevé al teatro, me compré una cena, caminé, me compré un helado y creo que ahora me haré el amor. estoy cansado de ocultarme en las ramas;de perseguir mi sombra por la arena;de desnudarme entre las rocas,de aguardar a las puertas de las fábricasy tenderme en el suelo con los ojos cerrados:estoy cansado de esta herida.Un amigo me dice: "Hay cuerpos que aún se ofrecencomo jugosas frutas sin sentido"...Otro amigo me canta: "¡Vuelan las aves, vuelan! Marcelo Zurita Véjar, 60 años,San Miguel. Porque, a fin de cuentas, sólo los árboles saben morir de pie. Asegura la puerta. Un payaso harapiento caminaba por la berma en el sentido contrario de la autopista. Hoy, a dos meses de haber partido, la ha llamado una amiga. Alejandro Müller Gutiérrez, 44 años,Ñuñoa. El Laucha las «hipnotizaba». Mis manos lánguidas descansan muertas en la roja y estrecha falda y el viento inmóvil se mofa desde la otra esquina. Vestía siempre la misma chaqueta negra que un día le robó su mejor amigo. Quizás por eso el descuido de su amo al tapar la caja vidriada, despertó el instinto de la exótica mascota. Siempre, hasta que el letrero de una inmobiliaria me sorprendió al bajar de la micro. Adentro se mueven siluetas sin rostro. Se lanza al vacío (sin vergüenza). La reunión fue interesante: desaprobaron el desnudo inmoral. Un día, como a los ocho años, caminaba con mi padre hacia el parque O’Higgins. Cuentos a medida; John Yunca Cruz: Testigo por casualidad; Zein Zorrilla: Siete rosas de hierro Se metió con una cochina que le robó el alma, unas lágrimas y más de cien lucas. Perdóname. Ahora justo ahora, irrumpe esta noticia. Por fin llega el Metro extrañamente iluminado, parece árbol de pascua. PREMIO AL TALENTO INFANTIL / Premio del Público. Si había que correr, cortaba el aire con su perfil afilado, pero acorralado se terciaba decidido con la izquierda armada. Papeles. Me diste la dirección de tu casa. Te lo digo francamente. María Teresa Bertucci, 20 años,Providencia . Cuando la rama cedió, el río se lo llevó velozmente. El Jony sabe todo, desde el Meridiano de Greenwich hasta el Apocalipsis. Belén Paulina Fernández Llanos, 30 años,Santiago. Pero llegué a Alemania en pleno invierno. Tamara Figueroa Tavallí-Valdés, 45 años,Quilpué. Acomodó unos trapos viejos a modo de almohada, se tendió sobre el cartón y se cubrió con su viejo abrigo, pensando –como todas las noches- en la enorme cantidad de dinero que tenía a sus pies. Te reíste de las caras de los monos que hay en las paredes. En los parques se encuentra un ave rapaz, es la paloma apodada «el Buitre», dotada de unas poderosas alas que ahuyentan a los de su misma especie. Hoy me fijé que las personas necesitamos que alguien nos recuerde lo que queremos decir. Al levantar el auricular una voz me dijo: ¡Vota por mí en las siguientes elecciones! Vota por tu favorito. Nació el 19 de enero de 2017 en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, donde su mamá cumple condena. Yo, en cambio, le doy la espalda. Era alérgico al maní. Tamara Maldonado Vallejos, 25 años,Santiago. Tal como se señala en las bases, los cuentos pueden ser enviados a través de Internet, ingresando al sitio www.santiagoen100palabras.cl, o en formato papel. A los 15 se vino a Santiago a trabajar como nana. Y todos lo sabían. Bernardo O’Higgins 340, Santiago. Musitando una melodía de siglos volví a recomponerme. A través del proyecto, Escondida | BHP y Fundación Plagio han podido consolidar su compromiso con el fomento de actividades culturales y de la participación ciudadana, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de miles de personas. Me voy a comprar unos zapatos de cuero por el solo gusto de sentarme a conversar con un desconocido que me los lustre, mientras este sol de invierno que no sabe calentar los hará brillar, encandilando a alguien y robándole una sonrisa. Yo le digo que se le nota mucho lo talquina. Mi vecina tiene un gnomo en su jardín. Quería avisarte que mi mami está con cáncer y que el Ernesto ya está en el liceo. Como un monstruo gigante y aterrador, ellos se han apoderado de este espacio que creía era mío. Sí, más verdad,Objeto de mi gana.Jamás, jamás engaños escogidos.¿Yo escojo? Pidieron banderas y chupallas como cotillón y se pararon a hacer el trencito engalanados como si fueran las Fiestas Patrias. Los más de 50 mil relatos que se reciben cada año dan cuenta de ello. Vivido.Sin pedir ni dar nadaver mi fondo en tu fondo.Ser objeto e imagencomo el agua del pozo.Beatitud de lo cierto:aquiescencia de Dios.Nescencia de la duda:presencia de tu amor. Se trataba de una guerra, un tal Aquiles y un caballo de madera. Pero una tarde de lluvia que se encontraron en la boletería del Normandie, descubrieron que tenían muchas cosas en común y decidieron entrar juntos a ver una película antigua. Estaba abierto y el cuidador dormía profundamente. Nicolás Cruz Valdivieso, 34 años,Santiago. “¿Para qué buscarle la quinta pata al gato? Toqué el timbre. Ella sale primero de la piscina. Ella no lo quiere. Siempre con un libro en la mano. En el jardín del condominio, entre los edificios, había una jaula de vidrio. Por amor me fui a Valparaíso. Seguían juntos, seguían vestidos de negro. “Al mal tiempo, buena cara”, dijo un amigo. Faltaba una bajada memorable para mi tweet. Me gusta ponerme audífonos, cerrar los ojos, sentir que tengo mi propia banda sonora, y que el que está a mi lado es sólo un personaje de ésos sin nombre. A los 6 años mi mamá traía hombres a la pieza. Príamo, su padre, furioso lanza el smartphone muro abajo. Al principio nadan muy rápido, con ansiedad. Ante tanta insistencia se sentó, abrió los ojos y miró hacia la oscuridad infinita que se abría a los pies de su cama. XVI 40.096 Cruzando San Ignacio, se detuvo un auto con un señor de bigotes. Quedé conforme y volvimos a casa. “Tenía la mano larga, pero no dedos para el piano”, dijo un vecino. Pintaba gatos porque no la dejaban tener uno. Y todos buscamos una moneda por el espectáculo. Pero en forma sorpresiva e inexplicable, desde dentro del texto, el personaje afectado borró las frases que lo incriminaban, absorbió indignado la tinta de la pluma, a continuación la pluma, enseguida la mano y luego al detective completo. Los dos son amigos de la Tais, quien trabaja con las piernas en un café. Y parece que veo bofes, frazadas, cartas de amor, cuerpos de gente. Su mamá, quien la llevaba de la mano, me miró casi suplicando que no dijese nada. “Mejor tomemos distancia por un tiempo”, me dice mi chica mientras se abrocha el sostén, sentada al borde de la cama. Sabes que eres extranjero cuando en la Catedral no encuentras el santo al que siempre le rezas. Acúsame si quieres de sentimentaloide, pero… reviví tus uñas enterradas en mi espalda, tus ojos sonriéndome cómplices, tus piernas desquiciadas marcándole el ritmo a Santana, tus glúteos pugnando por romper esos pantalones rojos, tu rostro concentrado discutiéndole a Gamsci, tu pubis atrapando mi lengua torpe. Reconocer: Verbo que se lee al derecho y al revés porque es en los espejos donde aprendemos quiénes somos. En el piso 12, decide que no necesita ver y deja de prender la luz. El concurso había abierto un espacio de expresión que no existía hasta la fecha y del cual la ciudadanía se apropió rápidamente. Terminé lo que quedaba del desayuno y cuando bajaron los niños fui a dejarlos al colegio. Daniela Ortiz Flores, 16 años,Panguipulli. Desconozco el motivo, pero de un momento a otro las bocinas callaron y las personas de las micros y autos se bajaron y empezaron a caminar, alejándose, diciendo incoherencias. No sé cómo comunicarme contigo de otra forma. Mi marido me esperaba. Después de discutir con su marido salió a la calle avanzada la noche. Por el contrario, vio la mano de un desconocido salir de las sombras y arrebatarle la cartera. Cuando tomaron posesión de la línea completa trajeron al festejo un par de osos polares. Él me mira de reojo y entonces ataco: “Hola, ¿cómo está?”, le digo, mientras subo y avanzo por el carro. Me llamaste.Brotamos como ríos.Nuestros cuerpos quedaronfrente a frente, vacíos.Te llamé. Camina a la Caja (sin fuerzas). Pueden participar personas de todas las edades con domicilio estable en Chile y chilenos viviendo en el exterior, a excepción de los empleados de Fundación Plagio. Primero cortaron los árboles. Medio de azúcar o huevos o bebida, dejando por el envase. Las cinco de la madrugada. Llegaba corriendo y se iba al anochecer después de la última pichanga. Tres meses esperó para tenerlo y finalmente hoy podía vestirlo. Fue el nacimiento número dos en las cárceles del país ese año y se sumó a los treinta y tres niños y niñas que ya habitaban ese lugar. Porfa, manda plata, que el enchur está súper caro y no tenemos cómo comprarlo y a mi mami le queda poco. Mi ventana solo se enfrenta a miles de otras iguales a la mía, un árbol, un quiosco, y la esquina por donde veo llegar a mi papi fin de semana por medio. A los 10 se fue y me dejó encargado. Su padre lo observa desde arriba del techo que recién terminaron de cambiar. El jefe lo llamaba Willy, su mujer Memo, su madre Guillermo. Regalaron patines en caja y hubo todo el día helado gratis. También se exhiben de forma permanente en el sitio www.santiagoen100palabras.cl. Ricardo Palma Fuentes, 25 años,Lo Espejo . 12. Y era una fiesta para quienes lo entrevistaban, porque no había desperdicio en lo que decía. El dedo certero de Ignacio, mi hijo de dos años y siete meses, lo indicó con el énfasis exagerado de un niño que no quiere hablar. Cuando pasaron al lado de nosotras, sonrieron e hicieron lo mismo. He pasado el Puente del Arzobispo por más de seis décadas, esperando que en algún momento el viento se acuerde de levantarme la falda. «Soy muy feliz aquí», le dijo. Cuando la Paulita era chica, íbamos a los edificios que están en el centro. Al mío lo vi tres veces; no quiero verlo más. Vivía en el rincón derecho del living, al lado de la ventana. Quiero morir de la pena. En caso de infringirse lo anterior, el participante será plenamente responsable por todo tipo de daños y los organizadores podrán ejercer las acciones judiciales que correspondan. Se sienta y, en silencio, coloco en la mesa la bolsita de té, el pan y la jamonada. Todos los días lucho con el sueño para estar despierto cuando mi papá llegue. La micro iba llena. El alcohol me pone cariñoso y olvidadizo. Pantalla. Está en la punta del edificio. Además, se propone aportar a la reflexión en torno a la vida urbana contemporánea y la ciudad de Santiago. 15. Poco más allá los vecinos esperaban sobre el puente las bofes que venían del matadero. Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Cayendo el telón, al encender la luz verde, culebreando entre los vehículos, suplicaba una chaucha que premiara su esfuerzo. Vino queda y suave. El Salmón fumaba Derby y tenía la sonrisa amarilla. La chimenea de la Sumar humeaba despacito. Sofía se llamaba ella. En casa, diminutos ojos la esperan y un diente de leche yace bajo la almohada. Estación Baquedano. Últimamente está muy callado. De pronto salta a tierra y juntos emprenden una nueva carrera. Se besan, van a la casa de la chica y rompen tres tablas de la cama. Mariana y José eran como el día y la noche, tan distintos que en los cuatro años que llevaban en la universidad jamás habían intercambiado palabra. Llegó el primer hijo, que como dijo su madre al verlo, tenía un profundo mirar de pichón, de túnel y de automóvil sentimental. Nadie en su sano juicio acepta ir a esos lugares como primera cita. XVIII 72.117 Van frecuentemente a la biblioteca, pero no acuden a ella por algún préstamo, no. Pidió el primer tomo de una enciclopedia universal para leer en sala; el último volumen lo devolvió luego de cinco meses, momento en el que solicitó un atlas de geografía. Ahora es una chispa, el relámpago que dará vida al fuego de la estufa. Angélica Ramírez Valdés, 25 años,Conchalí. Hay un momento en que se desespera y abre los ojos, suplicando: “Sácala, por favor”. La tercera, lo vi abrazando a Julia en una esquina en la que solíamos besarnos. Miguel Ángel Labarca, 24 años,Providencia . Sin dudas, ella era la indicada. “Despierta por favor”. - Cariño, estás preciosa.- Dime algo que no sepa. No había nadie en el barrio como ellos. Leonardo Andrés Rebolledo Corvalán, 35 años,Ñuñoa. También hemos colocado algunas de las poesías más bonitas en imágenes para … Siempre les quise hablar, pero nunca me atreví. “Mi víctima”, digo para mis adentros. Te pasé a buscar y fuimos a un mirador. Debí recorrer medio Santiago para poder almorzar y beber un bigoteado decente en San Diego. Álvaro Nicolás Urrejola Riveros, 28 años,Ñuñoa. La mayoría de las butacas estaban vacías en la fría sala de cine y los compañeros se sentaron, por primera vez, uno al lado del otro. Lo único cierto es que el Andrés soñaba con verla completa un día, asomándose detrás del montón de paltas en el que, secretamente, había acariciado su mano flaca sin que ella lo notase. A mí me gustaba mirarle las manos largas, sedosas, rojas cuando les llegaba el sol. Isol y Sol Díaz despiertan tu imaginación, 5 ejercicios para escribir desde la memoria con Margo Glantz, Diálogos magistrales: Iván Monalisa Ojeda y Óscar Contardo, Diálogos magistrales: Gabriela Wiener y Lina Meruane, Versión n.° 88 de Santiago en 100 Palabras, Escrito Hallado en un Respaldo de un Asiento de Micro, El Mundo como lo Vemos Nosotros los Niños, Pido Más Días de mi Vida por Todo mi Esfuerzo. Pero a la mamá del Maikol le cae mal la Britney. Termino mi café, apago el cigarro, trago la soda, dejo una moneda y parto sin despedirme, sin besos. Tiene polola ahora el cabro chico. Oficialmente, el record aún lo ostenta Juan “Mundongo” Muñoz: un minuto y dieciséis segundos entre Huérfanos y Alameda, con una chequera. Sin embargo, en diciembre del ’95, estuvo a punto de ser destronado por Carlitos “Correcaminos” Parrao, quien zigzagueó a una velocidad increíble con una cadenita de plata. A los 12 aprendí a fumar. Éste es el lugar. Tampoco puede haber sido difundido a través de radio, televisión o Internet. Inválido. No olvide insistir en que la búsqueda debe continuar a como dé lugar y lleve, por supuesto, luto riguroso. Pronto cantarían, felizmente convencidos de que su jaula es una selva enorme y oscura, que presiente la luz del sol como las de verdad. Yo tengo un cuesco que cayó de su pantalón cuando acercaron el cuerpo a la orilla. Lionel aprendió a nadar solo, tirando el cuerpo a los ríos de la Araucanía. Sin motivo aparente, él le aconseja que aproveche la vida, que nunca se sabe lo que puede pasar. Nadie ríe. Melina Escudero Escudero, 25 años,Quinta Normal. WebHumor negro en el portal de humor, entretenimiento y cultura más original - Página 3 El corazón la sabe, pero decir cómo era no podría porque no es forma, ni en la forma cabe.Lengua, barro mortal, cincel inepto, deja la flor intacta del concepto en esta clara noche de mi boda,y canta mansamente, humildemente, la sensación, la sombra, el accidente, mientras Ella me llena el alma toda! Te veo, te huelo, te tapo y te beso. Su territorio comprende un archipiélago … Para la preselección efectuada a través de Internet se cuenta con un software que sólo permite acceder a los cuentos y su respectivo código numérico. Un tiempo pensé que me había enamorado de él, pero no, no pasó nada. Les decían los vampiros. El prójimo toma la mano disponible, la que está sobre la mesa, la que se ve sin espejos, para retener algo de la mujer amada. Me gusta apoyarme en el balcón y mirar. Nicole Cerpa Vielma, años, ., 30 años,Santiago. Los semáforos se quedaron en rojo y los bocinazos se replicaron como campanas de iglesia. “¡No grite!”, amenazó una voz. Comimos porotos con riendas. O quizá esperando un encargo del capo, o tal vez solo espera que pase rápido otra noche para sumar a la cuenta. A Fedor Dostoievski le habría gustado Santiago en invierno. Apagar la música de fondo. Un paisaje sin mucho contraste, suena una guitarra, una voz áspera… No hay créditos, simplemente la imagen se desvanece. El último en bajar es un hombre todavía somnoliento. Helena lo mira de reojo sin entender qué pasa por la mente del hombre que ella ama. Me avergoncé todo el otoño del hilo turbio que corría miserablemente. Traía una ligera inclinación de nave y una luz matinal de claro día.No era de ritmo, no era de armonía ni de color. Al morir, mis cenizas serán arrojadas al canal de Chacao. A veces sueñan con familiares que ya no ven. Viaja en micro todos los días a la casa de sus patrones y aprovechándose del tumulto y los apretones de una intimidad obligada, acurruca su cabeza en el hombro de otro pasajero sin que nadie se dé cuenta. Cuando al Guarén lo engañó su polola, comenzamos a decirle Laucha. Desaparecieron de un día para otro. Si no te resulta, escríbenos a info@en100palabras.cl indicando el correo electrónico, nombre y rut con el que te inscribiste. No falta el pasajero que fija su mirada en la hilacha, en mí, otra vez en ella, otra vez en mí. Miré al techo, suspiré cansada. Así que nos vamos por el parque que está al lado del río, jugando a contar faroles, hasta el puente que está más al fondo, y nos comemos unas sopaipillas en un carrito, y a mí me da risa cómo suena cuando le pone mostaza. Karen Jaramillo Altamirano, 34 años,Puente Alto . Por algunos minutos, olvidan que está hecha de basura. Tan blanca, sin figura,ya tu mano levantala esquina de mi sueño...¿Por dónde va tu carne?¡Qué huida! Pero cuando me ven, cierran las cortinas. Santiago en 100 Palabras ya es parte de la ciudad. Pensé en todos los pros y contras. Algunos meses después pasó frente a ella sin enterarse. Yo sólo me reí. Desde entonces, “Santiago en 100 Palabras” no ha dejado de transformarse y crecer. No hacer preguntas. Dos pares en mil. Su creatividad se limitaba a la extracción de ideas en revistas extranjeras que compraba en el Persa. Si el del Santa Lucía hubiera alcanzado a disparar, la bala se habría colado por la puerta del balcón, alcanzándome entre ceja y ceja, y yo habría caído de espaldas y derramado sobre la alfombra mi cubalibre. Los sobres de papel dieron paso a un sistema de participación online; comenzó a publicarse un libro de bolsillo con los 100 mejores cuentos de cada edición; surgieron los premios al Talento Infantil, Talento Joven, Talento Mayor y Talento Breve; se crearon instancias de … Amigo: Su declaración debe ser serena y muy sentida, nada de nervios. Llené el lavamanos de trozos de mí. En un pequeño patio junto a un triciclo y dos balones de gas, Li ejecuta una silenciosa danza; blande su ballesta apuntando a la luna. XIV Versión: 46.737 Me doy cuenta de que no tengo imaginación, porque sólo veo hormigas comiendo serpientes con alas que vuelan en un cielo morado con alergia al aire cotidiano y normal. En la depresiva de Van Gogh, en la casi mutilada por Mike Tyson, en la surrealista de David Lynch y en la escena cruel de Tarantino. - Página 2 Yo lo miro y me río, me río porque puedo y porque temo alguna vez ya no poder. Su cuerpo aún jovial y frágil parecía oscilar en el vacío, como si quisiera regalarse tiempo para pensar en los suyos o tal vez en aquellos días llenos de luz. El aire se pone frío, el cielo anaranjado y las ventanas ya no reflejan el cerro; seguramente ya está cerca. Mi madre le dijo que el amor era ciego. Luego lo hacen al mismo tiempo, más pausadamente, como ahogándose y riéndose a la vez. Ningún medio informativo dio cuenta del hecho, ni menos aún de las causas que motivaron al plumífero de 86 gramos de peso y 1.723 horas de vuelo a tomar tan drástica determinación. Entra en la escalera, prende la luz, se saca la mascarilla y empieza a subir la gran torre. Una hilacha es un objeto mínimo que puede resultar incómodo. Luis Eduardo Calhueque, 25 años,Recoleta . Espero el Metro. Me instalo a llorar con la esperanza de que mis penas lleguen a la playa, escoltadas por la mugre y las gaviotas, y le digan al Ulises que se venga pronto, que el niño anda perdido, que no aguanto más y que 10 años es mucho para una pobre modista. Alejandra tenía que jugar a encontrarla cada tarde después de trabajar. Por una cuestión de seguridad nacional, dice él. La sola participación en el concurso implica otorgar el derecho a los organizadores a editar, publicar, distribuir y reproducir, sin fines de lucro. La Tina me había dicho que sería fácil, que era “llegar y llevar”, que así podría irme de la casa y ser “autosuficiente”. Nunca sonreían. Tres cuentos magistrales para pensar la literatura, el amor y la paternidad. Miró a su alrededor y entonces lo vio, afuera, en el andén, justo cuando el vagón cerraba las puertas. Francisco Alfonso Pérez Mora, 18 años,Santiago. Hay días en que cuando me sueltan tarde del trabajo salgo a correr para hacer creer a mi cuerpo que escapo. Querido cuento, las circunstancias de la cárcel nos separaron, no era fácil atenderte con el soundtrack de los insultos y el zumbido de las mujeres esquizofrénicas. En este país no sabemos tratar a los ídolos”, le dije. Matías dejó de enviarme cartas. La hojarasca silenciosa. El hombre mira el plato, como si fuera una nueva costumbre a la que debe adaptarse si quiere sobrevivir. Fue la mejor revolución pingüina que haya visto. Era verdad. Me sentía muy alegre, porque él no acostumbraba sacarme a pasear. La primera vez el metro había arrancado y él llegaba al andén. Desde lo alto del muro de Troya, Paris se toma una selfie mostrando sus calugas y sus imponentes brazos. El metro de Santiago en un mapa de Santiago y en el metro una mano con un mapa del mundo. Primero fuimos al vertedero, posteriormente al Instituto Médico Legal, para terminar en la Posta Central. Le dedico tiempo en la micro, en el metro o unos minutos antes de dormir. Después vinieron a tomar medidas y a marcar el suelo. "...Yo quiero huir, perderme lejos,allá en esas regiones en que unas anchas hojastiemblan sobre el estanque de los sueños que inundan. Con delicadeza casi erótica me desatornillé un pecho y con amor un muslo y un antebrazo. Micro 307. Juro por lo más preciado, que lo que digo sucedió... Súbitamente, todos se levantaron, ...se tocaron, ...y se besaron la mejilla, ... yo atónito desde mi asiento, ingresé entonces a la secta oculta de los viajeros del tren 102. El partido lo sufre callado, como si nadie más entendiera. Aún no se preocupan de que este cuento lo esté escribiendo un algoritmo recién programado. Asaltando taxistas, el Laucha cayó preso, y adentro sus compañeros le llamaban Ivancito. Los tres establecimientos educacionales que más cuentos envíen a esta convocatoria recibirán los siguientes premios: el establecimiento que más cuentos envíe recibirá la visita de un escritor al colegio y una biblioteca equivalente a $250.000; el segundo establecimiento que más cuentos envíe recibirá una biblioteca equivalente a $200.000 y el tercer establecimiento que más cuentos envíe recibirá una biblioteca equivalente a $100.000. Dejó las bolsas junto a la pared de cristal, extrajo la plancha de cartón que había guardado detrás de la máquina de expedir billetes y la desdobló sobre el piso. Desde el piso veinticuatro se ven pequeñitos los buses. Veía al viejo llegar a sentarse en un banco del Parque Forestal, frente al monumento a Rubén Darío. Los calcetines algo húmedos. Algunos años después, un guardia creyó verlo dormido sobre un texto, pero ya no respiraba. Caminamos por el Forestal, pasamos una pileta y allí, donde se había quemado una ampolleta, nos pusimos detrás de un árbol. Una vez leídos estos relatos por la totalidad de los integrantes del jurado, se realizan reuniones para elegir a los ganadores y finalistas. A veces, se juntan los domingos y salen a comer. Beatriz García-Huidobro, 42 años,Las Condes. No había dulces en sus bolsillos. Y me apuró del brazo. Pasa un inspector frente a nosotros, mira detenidamente y no se ríe. Dagoberto Espinoza Chávez, 69 años,La Cisterna. Capturaron a mi hermano. Un tango ciego que suena a pasado y un mudo gesto de una estatua humana. Arqueaba su espalda en el mesón hasta quedar encima de los libros, como si fuese un vampiro volcado sobre una fuente de vida eterna. Y respiró aliviada. 8.El jurado seleccionará doce cuentos finalistas, de los cuales dirimirá un Primer Lugar, un Segundo Lugar, un Tercer Lugar y tres menciones honrosas entre quienes hayan participado, independiente de la edad de los participantes. Como es una fecha especial mamá me regala su copa con helado. Esa noche no pudo dormir. Estremece los muros el peso del polvo arremolinado. Fue un entremés, divertido pasajeramente, como un chicle. Es negro. Hizo el Servicio Militar y su plato preferido eran las vienesas con puré picante. La anciana entró a la caseta del banco automático con la sensación de meterse en una nube, pues la luz de neón le daba al recinto un aire de antesala celestial. Habría probado el mejor navegado en La Piojera con unos amigos. Inscríbete en este formulario para solicitar libros para tu institución. Se fue lejos. Al día siguiente, ella despierta y, con terror, descubre la cruda verdad: él está vivo y quiere huevos con tomate. Mi hermana no estaba. XVII 65.880 Jueves: escucho el que será el último alarido de un perro que un neumático revienta en calle Maturana. Ahora todas las mañanas despierto con el chirrido de dientes metálicos, piedras que rebotan dentro de un camión, brazos mecánicos que sacan material del fondo de la tierra. Se suben como gacelas a las micros, cantan tres frases cortadas de una canción, por el amor de Dios te dicen, deme una monedita, se bajan sobrecogiendo. Poesías y versos de tus autores favoritos y también de nuestros usuarios. Acá crecí, estudié, trabajé y me titulé de profesora. O tal vez que sí, para terminar su guardia nocturna de una vez por todas. Durante un rato observa la ciudad abrazada por la nube de esmog. Íbamos tomadas de la mano. Ella sonríe. La puerta aún estaba abierta y el marido continuaba inmóvil viendo televisión. ¿Cuál es la última botella que abre una mujer en una fiesta?.La de Fairy. También se la vio correr bordeando el Mapocho. Él espera algunos minutos. Todavía tengo mi billetera entre mis cosas, muy buen indicio. 1. Haciendo contraste se puede ver mi reflejo, con una cola de caballo desordenada, los tutos gordos y diez lucas en el bolso Kipling de imitación. Solo su voz remeció mi memoria. Entró en el naturespacio, puso el ojo en control y traspasó la puerta para dirigirse al área Summer. Miércoles: llueve. Cruz le pasa las respuestas a San Martín, San Martín tiene problemas para pasárselas a Quintana, la profe lo bloquea, Escudero distrae a la profe y ¡Gooool! La había visto una vez, allá en La Vega. Vuelve a aparecer con nitidez, aquella niñez y juventud de calles polvorientas, de un pueblo sin sueños, de gritos con aliento a alcohol, de carencias y de silencios. Estudió internado en el liceo y se tituló de contador en un pueblo donde la única empresa era un supermercado chico. 14 personas, todas sentadas. ¡El libro lo absorbió! ¡Si hasta parecen verdaderas naves espaciales! Habría cruzado alegremente calles inundadas con niños corriendo a su lado. Si miramos con detención veremos en la vereda a un viejo que está sentado mirándose las uñas rotas, que no parece ni ciclista ni pavimento ni reja; aunque quizás sea un poco de todo eso, porque a veces lanza de su bicicleta piedras rotas al descubrir que lo acorrala una reja. Carolina Valenzuela , 33 años,La Florida. Así que respiró profundo, entró a la pista de baile, formó un círculo alrededor suyo, lo marcó con vodka, le prendió fuego y cansado de tantos años de insultos, se clavó frente a todos su propio aguijón. Detrás del ejercicio de escribir esos cuentos, no sólo está la inquietud de obtener un premio, sino sobre todo las ganas de reflexionar creativamente sobre el lugar que habitamos a través de una invitación simple e inspiradora: escribir un cuento en un máximo de 100 palabras. Así, enfundado en mallas, salía todas las noches. Luis Felipe Lobos, 31 años,San Pedro de la Paz. Ni materia ni espíritu. WebMetro de Lima y Callao es el Sistema de trenes Elevado y Subterráneo cuya red cubre al área metropolitana de Lima, conformada por la conurbación de las ciudades de Lima y Callao, en el Perú.Es administrado por la ATU, organismo técnico especializado adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones.Su operación comercial está a cargo de empresas … Nadie la comprendía en su extraña práctica. ¡Envía los tuyos! Era tan transparente, tan transparente, tan transparente. Ninguno de ellos lo ha visto, pues están encerrados entre cuatro paredes, amontonados, mirándose unos a otros, preguntándose quién será el próximo. Espero no haber lastimado a nadie. Nos despistan hasta que asumimos que son normales, un poco extravagantes, pero normales. Al llegar, las luces de colores lo iluminaron a él, el único con disfraz, y a los demás burlándose, como siempre. Si hay algo que jamás habría pensado es que mi casa pudiera ser tantos lugares a la vez. Dos. Para la próxima noche de año nuevo pediré que me encierren con llave. Ahora salgo con Tomás. ¿Cuantas feministas hacen falta para cambiar una bombilla? La boca ya estaba lista, así que ahora daba lo mismo si se despertaba. Y aunque esos ideogramas, exactos en su dolor y en sus imágenes, son probablemente el testimonio de la derrota de todo el género humano, no puedo dejar de pensar que se estamparon en el papel usando un pincel de pelo de cabra negra. Siempre lo elegían el mejor compañero de la oficina. De cada diez personas que veo en la urgencia, tres asisten solos y dos de ellos son llevados por extraños, dos van con tres o más familiares, tres llevan por lo menos un vecino, uno lleva su mascota y uno vive ahí. A la hora de la choca nos ponimos a mirar namis. Se llamaba Tomás. X Versión: 44.784 Traía las manos impedidas y la boca sangrando, pero caminaba erguido y con la mirada alerta. A los 10 minutos fue a buscarla, porque la quería de vuelta. Todos los días de la semana se sienta en el mismo rincón. También vendí en la Vega Central revistas pornográficas que un amigo traía de Brasil, además de Metropolitan y Playboy. Domingo: hierve de una vida que no es la propia. El padre sueña que encuentra trabajo y maneja un bulldozer, horadando caminos hasta el día de pago y, con las manos llenas, regresa a la casa. Sentada en el living. A veces la dejo por unos días y la retomo después. Me fijo en la película y veo algo sorprendente. Un gorrión se ha lanzado desde una gárgola del centenario Palacio Lira, cayéndose sobre el techo oxidado del quiosco de doña Ema, junto a una olvidada pelota de ping-pong. "¡Libertad! El rey del mote con huesillos está triste. Entonces se inclina ante la sopa fría, como un creyente ante su nuevo ídolo. ¿Qué hace una mujer fuera de la cocina?.Turismo. Valentín Blümer Stewart, 20 años,Recoleta. Y al cabo de un momento, desde la cumbre de una de ellas, observa el destello de la luz del sol rebotando en un pequeño espejo que sostiene un hombre en su mano. Adentro hay tres personas. Ha soportado 35 temporales y 13 inundaciones. Gracias a tu creación visité esa niñez olvidada, hermosa como los dedos de mi madre entrelazando mis trenzas. Inés Fernández Norambuena, 47 años,San Joaquín . Se sumerge despacio, sin hacer ruido, para que los vecinos no se den cuenta. Su cuerpo entumecido se agacha lento, de su bolsillo saca su mano congelada, desnuda y sorprendida que al amanecer este 15 de julio del 2017, en Santiago de Chile, conoció la nieve. Me duché con tranquilidad y dejé el desayuno a medias. Pero mi amor no se decide y su mano izquierda –el espejo indica la derecha– avanza bajo la mesa en dirección a la mano del codiciador, en busca de amparo. Las hice todas letras y se las escupí en la cara junto con una lapa. Le pregunté si nos íbamos a ver otra vez y levantó sus hombros. Luego, mi enojo fue disminuyendo y finalmente no me animé a enfrentarlos: a ella se le veía, sin duda, mucho más feliz que conmigo. Dos hombres y una mujer. Fui a la cocina e Iris me pidió que le pasara una taza limpia. Se lo estaban llevando detenido a la Tercera Comisaría. Conversamos de religión y política. Es callada, sigilosa y muchas veces pasa desapercibida. Se detiene a la altura de su boca y derrama su carga en la abertura. El jurado entiende dicha relación de la manera más amplia posible. Paulina Valenzuela , 17 años,Providencia . Cada tarde después de almuerzo comienza la rutina sagrada. Habría llorado y reído, sentado en un banco, mirando la gente, esperando la micro, entumido. «Esta no es una oreja», escribí. Raúl sopló y con mi señora aplaudíamos. Su actor favorito era Schwarzenegger. Fui a buscarla y cayó en el techo de la vecina más pesada del pasaje. Bueno para la pichanga. No son como nosotros. A mi mamá le daba pena. Minusválido. Eran 300 y sólo llegaron 103 esclavos congoleses vivos. Las compras mínimas, última hora, domingo en la tarde y siempre el gato y el viejo allí. Solo la historia de unas horas. Mi primo Juan me contó que Santiago es tan grande que la gente no se saluda porque nunca más se volverá a ver. Vi la canasta con ropa sucia. XIII Versión: 44.276 Tenía calcetines blancos. Cada tarde después de almuerzo, la señora Brenda y sus amigas se convierten en opinólogas de un panel de televisión con forma de banca. 3. A través del tiempo habían aumentado su potencia y la luz que desprendían irradiaba las calles y el cielo. Volví a tocar, pero no pasó nada. Siempre compiten por cuál va primero. Javier Antonio Campos, 26 años,San Miguel. La mujer triste recibe a su marido con una sonrisa de muñeca de plástico. Cristian Campos Acevedo, 48 años,El Bosque . Las ventanas tiemblan. En medio de mi pensamiento la tele me habla. Sin embargo, el tío Mario nunca dejó de escuchar las noticias en su pequeña radio a pilas. Tengo dos hijas concebidas en Valparaíso, pero nacidas en Santiago. Durante estos más de veinte años el proyecto ha ido creciendo gracias a la alianza de sus socios fundadores. Cuando llegó, le llamó la atención que estuvieran los dos cajones bajo la luz de una sola vela. El Maikol es bien conocido en la población. Entonces el sepulturero y su escoba la arrastraron sin compasión y la depositaron allí, junto a las demás. No se me ocurrió otra forma de ubicarlos para que lo supieran. La tengo loca, lo sé. Luego ve emerger las siluetas de las construcciones aledañas. La mujer triste se la entierra en su cuerpo para ver si revienta, para ver si sucede algo, como la sangre. Era de los últimos teléfonos públicos que quedaban en Santiago. ¿Qué creía, que tenemos un río picante? Les daba unas vueltas y las ponía en el suelo. Llegaba temprano y se marchaba cuando caía el sol. Vota por tu favorito. Entonces comprendí que debía guardar silencio, porque no saldríamos de allí dentro hasta el anochecer. Flotando boca arriba, mira las nubes a través del techo de vidrio. 7.El jurado estará integrado por cuatro destacados escritores y escritoras latinoamericanos: Pía Barros, Álvaro Bisama, Fabián Casas y Carmen García, quien es también directora ejecutiva de Fundación Plagio. “S., ¿puedes abrir los ojos un momento y decirme qué ves allá adelante?”. Sentado en el andén, esperaba el carro que lo llevaría hasta la Plaza de Armas. El guardia tenía los ojos vidriosos y el aliento a piscola. Lo pasamos bien. Por eso la tomé con delicadeza, la puse entre las páginas de mi libro y la llevé conmigo. Una mañana lluviosa, arrancando por Alameda, Ivancito se molió una rodilla; entonces tenemos al Cojo ingresando al negocio de la pasta, innovando con un poquito de tiza. Un día escuchó una voz. Yo recojoLa verdad impaciente,Esa verdad que espera a mi palabra.¿Cumbre? Hice dos cosas: (1) salí todos los viernes, sábados y domingos a la calle y seguí al azar a un perro; (2) llamé a todos los números de teléfono que la gente anotaba en los baños públicos.

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